Salto de gigante. La cuarta generación es otra
historia. Más seductora, bien equipada de serie, con más espacio interior y
ayudas a la conducción y motores más eficientes. O sea, un enorme salto
cualitativo para un modelo que ahora hace 23 años ya salía al mercado con el sistema
de tracción total permanente. Desde entonces se han vendido 3,5 millones de
unidades en todo el mundo, siendo el coche más importante en Europa de este
fabricante coreano, con más de 45.000 unidades que ya tienen conductor en el
Viejo Continente y si nos referimos a nuestro mercado, uno de cada tres Kia
vendidos es un Sportage, modelo que se fabrica a la planta de Zilina
(Eslovaquia).
Ahora presenta un diseño más moderno y
deportivo con una calandra frontal de atractiva forma que complementa con los cuatro
puntos de luz para los faros de niebla como es el caso de nuestra unidad
probada, la GT Line. Por lo que respecta a la cintura lateral encuentro
acertado que los estilistas la hayan mantenido alta y por la parte de atrás,
las nuevas ópticas situadas muy arriba refuerzan una imagen de robustez de todo
el conjunto exterior. Además, el enorme portón trasero da acceso a un amplio
maletero de 564 litros de capacidad, que se puede ampliar a 1.353 si abatimos
los respaldos de los asientos posteriores. Genial.
Por dentro, el nuevo Sportage está mucho
mejor, con una nueva disposición del cuadro de instrumentación y la consola
central. Ahora todo está mucho más a mano, con un volante multifunción y la
parte inferior recta, siguiendo la moda deportiva actual. Puede montar una
pantalla de 8 pulgadas donde podemos controlar las funciones de teléfono,
navegación, audio, ordenador de viaje,
además de conexiones USB y de corriente para todas las plazas, un cargador sin
cables y ayudas a la conducción, como el sistema que control de ángulo muerto,
el aviso de cambio involuntario de carril o la frenada de emergencia. Me ha
gustado mucho las múltiples posiciones para el reglaje de la inclinación de los
respaldos del asientos traseros ya que nos facilita y mejora la capacidad del
maletero, según las necesidades de cada momento, además del volante con
calefacción, techo solar panorámico y los asientos delanteros de regulación
eléctrica, ventilados y con calefacción.
La gama mecánica consta de dos variantes de
gasolina y tres diésel. En el primer combustible tenemos el 1.6 GDI con un
motor atmosférico de 132 CV y un turbo de 177 que puede incorporar un cambio
automático de doble embrague de siete velocidades con levas detrás del volante.
Por lo que respecta a los diésel se empieza por el CRDi de 115 CV, el 2.0
litros de 136 CV de nuestra prueba que creo que será el que tendrá más
aceptación y el más potente de 185 caballos. Tracciones 4x2 y 4x4, cambios
manuales de 6 marchas o el automático secuencial de siete. Precios; entre 18.002
y 34.860 euros.
Las mejoras también se notan al volante, con
una dirección que la he encontrado mucho más precisa, mejor confort de las
suspensiones y un habitáculo perfectamente insonorizado.
Cilindrada: 1.995 cc / Potencia: 136 cv /
Aceleración de 0 a 100 km/h: 10,9 segundos / Consumo medio: 4,8 l/100km / Peso:
1.600 kg / Precio: 28.552 euros.