Encantador. Es el mejor calificativo
para definir lo que experimento cada vez que me pongo al volante de este modelo
que Volkswagen fabrica a la planta navarra de Landaben, con una producción
alrededor de 1.450 unidades diarias para sesenta países. Uno de los compactos
más vendidos del mundo con buena fama de ser un coche eficiente, bien acabado y
muy estable en carretera.
La última generación data
de la primavera de hace dos años. Actualizó el diseño exterior respecto al Polo
2009, con cambios también en la
suspensión y los asistentes de conducción, así como los nuevos los sistemas de
infoentretenimiento y, sobre todo, los motores que ya cumplen la normativa EU6
con un ahorro de combustible alrededor de un 21% menos que proporciona la
tecnología BlueMotion (BMT).
Hay tres niveles de equipamiento;
el Edition, Advance y Sport con carrocerías de tres y cinco puertas además de
las versiones GTI de 192 CV y Cross Polo en una amplia gama que en este caso se
compone de seis motores de gasolina con 60, 75, 90, 95, 110 y 150 CV y tres
diésel de 75, 90 y 105 caballos.
Precios, a partir de 13.360 euros.
Desde el nivel de acceso
a la gama ya se dispone de elementos muy interesantes de serie como el asistente
de arranque en pendiente o el control de presión de los neumáticos, además del ordenador
de viaje, llantas de aleación y programador de velocidad en el Advance. Por
supuesto, el ajuste en altura y profundidad del volante, que presenta un
aspecto similar al Gol, que añade a la versión de nuestra prueba, el Sport, con
los faros de niebla, el retrovisor
interior con oscurecimiento automático y el climatizador.
Si del aspecto externo me
gustan sus medidas de 3,97 metros de longitud total, ideales para circular por
ciudad con una imagen típicamente VW y muy parecida al mítico Golf a escala,
del interior veo muy acertadas las medidas en 5,0 o 6,5 pulgadas de la pantalla
táctil situada en la consola central que nos permite manipular todas las
informaciones más útiles de este automóvil. Otro aspecto que siempre ha cuidado
mucho la marca alemana es la perfecta posición de conducción con el pomo del
cambio de marchas muy bien situado, también una buena visibilidad hacia todas
partes y unos asientos y acabados del interior de gran nivel.
Durante la prueba del 1.2
TSI de gasolina pude comprobar concienzudamente el meticuloso trabajo que se ha
hecho para mejorar lo que ya era bueno, las suspensiones. Ahora el coche
todavía es más confortable, con unas reacciones más deportivas si activamos el
programa Sport mediante el pulsador de la consola, pero lo que realmente
enamora de Polo es su gran estabilidad y control incluso en situaciones
inesperadas. El resto la pone la finura
del rendimiento de este propulsor que si no se efectúan demasiados kms.,
creo que es una opción muy recomendada.
Cilindrada: 1.197 cc /
Potencia: 90 cv / Aceleración de 0 a 100 km/hora: 10,8 segundos / Consumo medio: 4,7 l/100km / Peso: 1.107 kg /
Precio: 16.040 euros.