Huye de los convencionalismos estéticos y es por ello que a nadie le deja diferente. El Yeti se presenta como otra alternativa a los modelos “todo camino” de los que hay de todos tipos en el mercado europeo. Para nosotros y ustedes, habituales de esta sección, no es un coche desconocido ya que el pasado octubre probé la versión con tracción total y mecánica diesel TDI de la que se puede sacar mucho provecho e invita evadirse. Ahora le toca el turno a una nueva versión del modelo de la marca checa, que es novedad porque monta el motor de gasolina, también de origen Volkswagen y que ya lleva el Golf. Se trata de una mecánica de poca cilindrada pero con una generosa potencia que, como sucede con la apariencia externa del Yeti, nunca te deja indiferente.
Este modelo llama la atención por el poderoso frontal, con los faros de niebla redondos en una posición más arriba de lo que es habitual, generosa zona por la parrilla frontal, las barras de punta a punta del techo y una parte posterior de líneas cuadradas y cortada recta que nos aporta mucho espacio disponible por la zona del maletero.
Por dentro, me gustan el buen diseño y la comodidad de los asientos delanteros, también la calidad de los materiales aunque visualmente pueda parecer que se trata de un cuadro de instrumentación de cierta sobriedad, pero la gran sensación de espacio tanto para las piernas como por la amplitud del habitáculo, con el techo alto y la generosa zona de vidrio, nos garantizan una reconfortable sensación de bienestar a bordo, sin duda, uno de sus puntos fuertes.
Es el momento de ponerlo en marcha. Antes que nada, al tratarse de un propulsor de gasolina, la calidad acústica en recorridos urbanos gana muchos enteros por la ausencia de ruido al ralentí. Además, la conducción y sus reacciones se parecen mucho a una berlina convencional, con la ventaja de que la carrocería es un poco más elevada para facilitarnos la circulación por caminos, a pesar de que se trata de una versión de solamente tracción delantera podría pensarse que prioriza el asfalto, pero ¡ caramba ! qué satisfacción cuando toca hablar de las bondades de este motor turboalimentado. Es tanta la progresión desde bajas vueltas que nunca parece que disponemos de poco más de cien caballos de potencia. Justo al contrario, la respuesta ya la querrían muchas mecánicas que anuncian más cilindrada. Además de frenos va sensacional y el hecho de que disponemos de seis marchas nos brinda muchas soluciones para poder exprimir al máximo las prestaciones de este fantástico motor y a la vez mantener un consumo moderado de gasolina.
O sea que, independiente de los gustos de cada cual, el Yeti a mí me gusta porque se aparta de una estética muy vista, por dentro hay espacio a raudales con un inmenso maletero de 405 litros, su comportamiento en carretera es francamente bueno y gracias a su estructura la faceta práctica también juega un papel importante. En resumen; un coche muy equilibrado en todos los sentidos.
Cilindrada: 1.197 cc / Potencia: 105 cv / Aceleración 0 a 100 km/h: 11,8 segundos / Consumo medio: 6,4 litros/100km / Peso: 1.345 kg. / Precio: 18.790 euros.