Hoy toca conducir uno de los llamados “todo camino” más divertidos del mercado. Evidentemente, podemos estar o no de acuerdo con que su estética que es diferente al resto de sus competidores y ya se sabe que contra gustos no hay nada escrito, pero les puedo asegurar que la diversión cuando nos “escapamos” del asfalto está plenamente asegurada.
El Yeti con tracción total forma parte de una extensa gama de 10 variantes, con cuatro motorizaciones de gasolina TSI de 105, 122 y 160 CV de potencia, mientras que en diesel son: 105, 110, 140 y 170 CV. Precios; entre 18.860 y 31.440 euros. La gran ventaja de este modelo es que podemos escoger versiones con tracción a las ruedas de delante y total, además de cambio manual de 5 velocidades (Yeti 1.6 TDI GreenLine de bajo consumo), también el de 6 marchas y los fantásticos y famosos automáticos del Grupo Volkswagen con doble embrague DSG de 6 o 7 velocidades.
En este blog el Yeti ya lo hemos probado en dos ocasiones desde su lanzamiento en nuestro mercado, en septiembre de 2009. Mide 4,22 metros y uno de los aspectos que siempre me han gustado es que tiene una conducción y reacciones dinámicas similares a un turismo convencional que de un todoterreno. Esto nos proporciona una dosis extra de seguridad al volante, más comodidad para el resto de los pasajeros y con el aliciente de poder adentrarnos por caminos si es necesario, gracias al sistema de transmisión Haldex que siempre controla electrónicamente el reparto de la potencia entre el eje delantero y el eje trasero en función del terreno y la conducción. O sea, que si circulamos en carretera y en buenas condiciones del asfalto se comporta como un tracción delantera, ya que el eje posterior solamente reparte el 4% del par motor. Así reducimos consumo y si la situación se complica en caminos de montaña el Haldex puede enviar al eje posterior hasta un 90% de la potencia, en constante trabajo con el control de tracción ESP y el de asistencia de frenos ABS.
Por dentro, el salto cualitativo de los materiales es importante y el nivel de equipamiento con la pantalla táctil de 6,5 pulgadas, lector de tarjetas SD y la climatización, con opciones como los acabados en piel para los asientos son ejemplos de que seguro acertaremos con un Yeti a nuestro gusto, dentro de las tres configuraciones disponibles: “Activo”, “Ambition” y “Elegance”. A mí me gusta la sensación de espacio, el techo alto y la posición al volante. También el maletero, con los 405 litros de capacidad es digno de destacar y el techo panorámico es una opción a tener en cuenta.
Otro de los grandes secretos de las buenas sensaciones que transmite el Yeti 4x4 es este gran motor TDI de sobras conocido del grupo automovilístico alemán. Un propulsor que gasta muy poco para las prestaciones que tiene y la suavidad de funcionamiento en todo el régimen de vueltas y si le añadimos la efectividad del cambio secuencial DSG y la tracción total, la combinación es ideal. Por lo menos a mí me lo parece.
Cilindrada: 1.968 cc / Potencia: 140 cv / Aceleración 0 a 100 km/h: 10,2 segundos / Consumo medio: 6,5 litros/100km / Peso: 1.555 kg. / Precio: 30.420 euros.
El Yeti con tracción total forma parte de una extensa gama de 10 variantes, con cuatro motorizaciones de gasolina TSI de 105, 122 y 160 CV de potencia, mientras que en diesel son: 105, 110, 140 y 170 CV. Precios; entre 18.860 y 31.440 euros. La gran ventaja de este modelo es que podemos escoger versiones con tracción a las ruedas de delante y total, además de cambio manual de 5 velocidades (Yeti 1.6 TDI GreenLine de bajo consumo), también el de 6 marchas y los fantásticos y famosos automáticos del Grupo Volkswagen con doble embrague DSG de 6 o 7 velocidades.
En este blog el Yeti ya lo hemos probado en dos ocasiones desde su lanzamiento en nuestro mercado, en septiembre de 2009. Mide 4,22 metros y uno de los aspectos que siempre me han gustado es que tiene una conducción y reacciones dinámicas similares a un turismo convencional que de un todoterreno. Esto nos proporciona una dosis extra de seguridad al volante, más comodidad para el resto de los pasajeros y con el aliciente de poder adentrarnos por caminos si es necesario, gracias al sistema de transmisión Haldex que siempre controla electrónicamente el reparto de la potencia entre el eje delantero y el eje trasero en función del terreno y la conducción. O sea, que si circulamos en carretera y en buenas condiciones del asfalto se comporta como un tracción delantera, ya que el eje posterior solamente reparte el 4% del par motor. Así reducimos consumo y si la situación se complica en caminos de montaña el Haldex puede enviar al eje posterior hasta un 90% de la potencia, en constante trabajo con el control de tracción ESP y el de asistencia de frenos ABS.
Por dentro, el salto cualitativo de los materiales es importante y el nivel de equipamiento con la pantalla táctil de 6,5 pulgadas, lector de tarjetas SD y la climatización, con opciones como los acabados en piel para los asientos son ejemplos de que seguro acertaremos con un Yeti a nuestro gusto, dentro de las tres configuraciones disponibles: “Activo”, “Ambition” y “Elegance”. A mí me gusta la sensación de espacio, el techo alto y la posición al volante. También el maletero, con los 405 litros de capacidad es digno de destacar y el techo panorámico es una opción a tener en cuenta.
Otro de los grandes secretos de las buenas sensaciones que transmite el Yeti 4x4 es este gran motor TDI de sobras conocido del grupo automovilístico alemán. Un propulsor que gasta muy poco para las prestaciones que tiene y la suavidad de funcionamiento en todo el régimen de vueltas y si le añadimos la efectividad del cambio secuencial DSG y la tracción total, la combinación es ideal. Por lo menos a mí me lo parece.
Cilindrada: 1.968 cc / Potencia: 140 cv / Aceleración 0 a 100 km/h: 10,2 segundos / Consumo medio: 6,5 litros/100km / Peso: 1.555 kg. / Precio: 30.420 euros.