Subaru Outback 2.0 TD Executive Plus


Elegante y polivalente. No  cabe duda que el prestigio se lo ha ganado a pulso porque siempre esta marca japonesa ha sido fiel a su filosofía pionera de los conceptos SUV y Crossover con los modelos que han ido saliendo, desde el Legacy en 1990, el Impreza en 1992, la primera generación del modelo que hoy pongo a prueba, el Outback que apareció en 1995, el Forester en 1997 y recientemente el XV en el 2012.

Y si hacemos un poco de historia, ya que Subaru ha empezado el año con la celebración de que ha llegado a los 20 millones de unidades producidas en sus plantas japonesas, les tengo que decir que empezó a producir el primer coche, el Subaru 360 hace 60 años, coincidiendo con el lanzamiento de su avión a reacción T1. Ha llovido mucho desde entonces, tanto es así, que precisamente en el 2013 fue el 40 aniversario del lanzamiento del primer vehículo con la legendaria tracción integral Symmetrical Al Wheel Drive una dotación que le ha hecho famoso por la efectividad a tiempo real para salvar cualquier situación, especialmente rodando por caminos o pistas, en situaciones complicadas que detecte pérdidas de adherencia.

Recientemente el Outback ha recibido una actualización estética y técnica. Del mismo modo que ya se puede pedir la mecánica diesel de 150 CV con la caja automática de variador continuo “Lineartronic” de 7 marchas que funciona de fábula por su suavidad. También queda la opción del cambio manual y por lo que respecta al motor de gasolina 2.5i de 173 CV ha recibido un incremento de potencia 6 caballos.


La gama actual de este modelo se compone de 11 versiones; 5 diesel, con los acabados Sport Executive y Executive Plus. El mismo equipamiento para las 3 versiones de gasolina y sucede lo mismo para las tres variantes Bi-fuel que garantizan un reducido consumo al poder combinar la gasolina y el autogas que cuesta menos dinero. Precios; entre 33.700 y 42.120 euros.

De su conducción, tanto por asfalto como por caminos, he sacado muy buenas sensaciones en el sentido que se trata de un SUV cómodo, estable, amplio por dentro y de un finura en el sonido del motor destacable. Vaya, que es un vehículo muy agradable de conducir.

A pesar de haber incrementado en 15 mm la longitud total de la carrocería, respecto al modelo de 2009 (ahora hace 4,79 m y 526 litros de capacidad del maletero) no es un coche que tenga un acusado balanceo y gracias al control de pendiente o descenso las aptitudes por montaña son dignos de destacar. De todas formas, lo que a mí me continúa enamorando del Outback y de los Subaru en general son los motores tipos bóxer que tienen un rendimiento espectacular a cualquier régimen de vueltas. ¡¡¡ Qué motores !!! y si la combinación es con la conocida tracción total permanente que ya les he comentado en el comienzo de la prueba, el resultado es de una polivalencia de uso espectacular. 

Cilindrada: 1.998 cc / Potencia: 150 cv / Aceleración de 0 a 100 km/h: 9,7 segundos /  Consumo medio: 6,3 litros/100km / Peso: 1.624 kg. / Precio: 39.000 euros.