Atrae todas las miradas y todas de admiración. La verdad es que no podemos hacer ni un kilómetro sin darnos cuenta de la expectación que despierta su paso. O sea que Citroën vuelve a revolucionar el mercado con un modelo rompedor y avanzado, que sirve también para comenzar un nuevo universo alrededor de la marca francesa donde la imagen, los colores y las nuevas fórmulas de relación con los clientes son los ejes principales.
Con el DS3 empieza también una nueva gama de modelos “distintive” más sofisticados y puramente emocionales. Le seguirán el DS4 y el DS5 en la misma dirección. Del primero ya se conocen algunos trazos principales como su carrocería coupé con una espectacular luminosidad interior gracias a un enorme parabrisas delantero que sube hasta la zona del techo y que dispondrá también de la tecnología híbrida, mediante un sistema de tracción “Full Hibrid” diesel, formado por un motor térmico diesel HDi FAP y un motor eléctrico que irá situado junto al eje posterior.
Pero volvamos al DS3, un modelo que mira claramente al futuro y solamente la denominación “DS” del modelo de 1955 sirve para hacer memoria de un pasado lleno de glamour como el que nos proponen ahora. Y es que sólo hay que ver el aspecto externo de esta novedad con detalles cromados y la posibilidad de 38 combinaciones diferentes de colores de la carrocería y del techo, además de combinar retrovisores, llantas y acabados interiores. Como ven, nada que ver con el nuevo C3 de quien toma la base rodante, pero aquí la pasión se ha apoderado del momento, con un carrocería ligeramente más baja (2mm.) y unas suspensiones en la línea de las prestaciones que monta el propulsor bajo el capó.
En cuanto a mecánicas el DS3 hay tres variantes de gasolina; 95, 120 y 155 CV y dos diesel HDI FAP, con filtro de partículas, de 90 y 110 caballos de potencia. Precios; entre 15.100 y 20.000 euros. Cambios manuales de 5 y 6 marchas para las versiones más potentes y un automático de cuatro marchas, asociado al motor VTI de gasolina de 120 CV.
Por dentro, los cinco ocupantes disfrutan de una generosidad de espacio y por lo que respecta al tacto de los materiales son muy agradables. El lujo es claramente superior a su hermano C3 con una vocación más funcional, pero comparten la sensación de bienestar a bordo que siempre he admirado de este modelo. Y al tratarse de la versión más radical del DS3, la deportividad que supura en el ambiente, como por ejemplo, los pedales en aluminio y el diseño de los asientos, conforman un plus añadido a un entorno diferente donde la banda lisa y lacada en la parte superior del cuadro de instrumentación y en algunas guarniciones, así como el cromado en otros detalles, todo suma para que todavía sea más exclusivo.
Llega la hora de ponerlo en marcha. Primero, si nos fijamos en sus medidas externas de casi tres metros de longitud y, por cierto, un buen maletero con 285 litros de capacidad (hecho distintivo que también se tiene que valorar en un coche de capricho) podríamos pensat en que sólo se trata de un urbano, pero el DS3 y concretamente esta versión nos muestra su cara más deportiva cuando salimos de la city. De entrada sorprenden dos cosas; la potencia y laestabilidad. Este motor tiene temperamento y eficacia para dar y tomar. Las reacciones del turbo y su respuesta suave y a la vez enérgica en la zona alta del cuentavueltas es una delicia. Por otro lado, la diversión al volante la pone el equilibrio entre las suspensiones, el tacto de la dirección y, sobre todo, la agilidad de los chasis. Si les tengo que ser sincero, me lo he pasado en grande al volante de este coche y toda la expectación que crea su estética también se ve recompensada si se conduce. Una gozada, se lo aseguro.
Cilindrada: 1.598 cc / Potencia: 155 cv / Aceleración 0 a 100 km/h: 7,3 segundos / Consumo medio: 6,7 litros/100km / Peso: 1.165 kg. / Precio: 19.700 euros.