Es el modelo que completa la gama del compacto de la marca francesa. Una berlina de cuatro puertas que viene a sustituir al anterior Mégane Sedán y lleva por nombre la combinación de las palabras fluido y elegante. Mide 4,62 metros de longitud total, lo que significa que es de los compactos más largos de su categoría, tanto que se acerca mucho a las berlinas del segmento superior. Esto tiene muchas ventajas como un enorme maletero de 530 litros y una habitabilidad interior realmente excepcional.
Hay dos preferencias de compras que nos diferencian del resto de los compradores europeos. La primera es que tenemos una especial predilección para escoger casi siempre las versiones más equipadas de cada modelo y la otra por la gran aceptación que tienen las berlinas con la carrocería de estética convencional de tres cuerpos como la que hoy ponemos a prueba.
Como ven, el aspecto exterior del Fluence se parece al resto de sus hermanos Mégane, con la parte trasera como elemento diferencial. Una visión que me gusta especialmente porque la vistosidad de sus grupos ópticos, situados en una posición elevada, tienen aparte de una función puramente estética, la práctica y segura porque es más difícil una rotura aparcando y por otro lado nos permite que los otros conductores nos vean mucho mejor.
Como ven, el aspecto exterior del Fluence se parece al resto de sus hermanos Mégane, con la parte trasera como elemento diferencial. Una visión que me gusta especialmente porque la vistosidad de sus grupos ópticos, situados en una posición elevada, tienen aparte de una función puramente estética, la práctica y segura porque es más difícil una rotura aparcando y por otro lado nos permite que los otros conductores nos vean mucho mejor.
Por dentro, cambian las salidas de aire centrales y el velocímetro es analógico, con el marcador de aguja. El resto del interior es ya conocido de los Mégane; amplitud a raudales, sobre todo para los tres ocupantes del asientos traseros, además de una buena posición al volante, diferentes lugares situados estratégicamente para dejar cosas y una generosa guantera refrigerada de 9 litros de capacidad. Además de detalles prácticos como las cortinas para las ventanillas posteriores.
La gama mecánica se compone de solamente tres motores; uno de gasolina 1.6 litros de 110 CV que me ha dado una muy buena impresión por la suavidad de respuesta y los dos ya conocidos diesel 1.5 dCi de 85 y 105 CV. Los dos primeros van asociados con el cambio manual de 5 marchas y el tercero de seis velocidades. Precios: entre 17.500 y 20.500 euros (dos versiones “Expression” y “Dynamique”) y opciones interesantes como los faros de xenón, conexión USB, climatitzador bi-zona y Bluetooth. Más adelante, a finales de 2010, llegará una avanzada transmisión automática de doble embrague EDC que la montarán en el motor diesel más potente. Y en el 2011 está previsto que salga el Fluence completamente eléctrico.
De las impresiones de su comportamiento dinámico me quedo con el buen sabor de la comodidad de marcha y la manera tan progresiva y elástica de la respuesta de este motor, con un confort acústico de primer nivel. O sea que se trata de un comportamiento muy similar a un segmento superior, pero con la ventaja de que el precio es sensiblemente inferior. Interesante.
Cilindrada: 1.461 cc / Potencia: 85 cv / Aceleración 0 a 100 km/h: 13,4 segundos / Consumo medio: 4,5 litros/100km / Peso: 1.263 kg. / Precio: 17.500 euros.