Ya no es tan “pequeño” cómo nos imaginábamos. El Mini de la generación de este siglo continúa haciendo amigos y si hablamos del nuevo Countryman con su planteamiento comercial como un estilo de vida, la cosa va cogiendo más empuje que nunca. Sólo hay que examinarlo con detenimiento; cinco puertas, cinco pasajeros, buen maletero y la posibilidad de pedirlo con tracción total. Sí, sí, hablamos del Mini. ¡Quién lo diría!.
Con el precedente del sentido práctico que se le otorgó al Clubman, el nuevo Countryman es la pieza clave que cierra el círculo de una gama de coches divertidos y muy especiales; Mini One, Cooper, Cooper S, John Cooper Works, Clubman, Cabrio y Countryman. Veinticinco oportunidades de encontrar el Mini preferido, porque hay potencias desde los 75 CV hasta los 211 CV, también motores en gasolina o diesel y la versión ALL4 de tracción a las cuatro ruedas reserva al Countryman.
El abanico de propulsores del modelo que hoy probamos es de 5 variantes; tres de gasolina de 98, 122 y 184 CV y dos diesel de 90 y 112 CV. Lo que primero llama la atención del nuevo Contryman es su tamaño. De todos modos, a pesar de su generosa carrocería, se le reconoce enseguida como un Mini por todos lados. Digo esto porque si se pone el Mini junto al Mini Countryman es completamente diferente en cuanto a volúmenes, no obstante el poder de atracción continua intacto, con el aliciente de la estética SUV y disponer de mayor altura al suelo de la carrocería, respecto al Mine convencional.
Por dentro, la esencia rupturista y moderna ya vista en sus hermanos de gama es la misma, pero con la ventaja del mayor espacio para los cinco ocupantes. A diferencia del Clubman se accede al interior por unas puertas convencionales y tiene una buena capacidad del maletero de 450 litros. Me gusta que se conserven los mandos de los interruptores, el cuenta vueltas así como el reloj central detrás el volante y el velocímetro, otros testigos luminosos o la pantalla de la navegación opcional en la gran esfera en medio de todo el cuadro de instrumentación central, entre los dos ocupantes delanteros. Una herencia del antepasado Mini que fluye como vínculo entre las dos generaciones. Por lo que respeta en las plazas traseras se pueden configurar también en dos plazas individuales y se desplazan 15 cm longitudinalmente para ampliar la zona de maletero.
Ya sólo hay que ponerlo en marcha. Noto como la suspensión es más cómoda que el Mini normal y la dirección mantiene el mismo buen tacto. En general el comportamiento del Countryman cumple con el temperamento ya conocido en los otros integrantes Mini y esto es lo que más me gusta, que no se pierda el encanto que lo ha hecho famoso. Del motor; una maravilla de funcionamiento este diesel BMW, dotado del cambio manual de seis marchas y que gasta muy poco por las sensacionales prestaciones. Pienso a quien le gustará más, si al sexo masculino o femenino. Cincuenta, cincuenta.
Cilindrada: 1.598 cc / Potencia: 112 cv / Aceleración 0 a 100 km/h: 10,9 segundos / Consumo medio: 4,4 litros/100km / Peso: 1.310 kg. / Precio: 23.700 euros. (Cooper D)